miércoles, 9 de febrero de 2011

Trabajo de Geopolitica

República Bolivariana de Venezuela 
Ministerio del Poder Popular para la Defensa.                                     Universidad Nacional  Experimental de la Fuerza Armada.                      
Sección LCD-05     Aula: 1104  Sede – Chuao

Instrucción Militar

 


                                          


 

 

           

 

GEOPOLITICA

 

 

 

 

 

 

 Profesor                                                                                        Integrantes

Tte. Francisco Muñoz                                          Briceño Katiuska   C.I: 18.276.740

                                                                       Zambrano Isrrael   C.I: 18.143.888

 

 

Caracas, Febrero 2011



CARACTERISTICAS Y FINALIDAD DE LA GEOPOLITICA ECONOMICA Y ESTRATEGIA

Espacio Vital

Expresa la necesidad de territorio de una determinada sociedad, variable según sean su bagaje tecnológico, sus efectivos demográficos o los recursos naturales disponibles

Adolf Hitlery Rudolf Hess adoptarían y utilizarían esta teoría (espacio vital) para describir la necesidad que tenía el III Reich alemán de encontrar nuevos territorios en los que expandirse, especialmente a costa de los pueblos eslavos del este de Europa. De esta manera esta teoría sirvió de argumento ideológico que sustenta y explica las invasiones a Checoslovaquia y a Polonia, provocando el estallido de la II Guerra Mundial.

Durante las décadas de 1930 y 1940 no sólo Alemania prestó gran interés por la geopolítica. Rusia, China y Japón desarrollaron el interés por esta ciencia como una ciencia del Estado, debido a una supuesta significancia de los factores geográficos sobre la conducta de las relaciones internacionales. En ese entonces, grupos de académicos estadounidenses vieron a la geopolítica como una forma de pensamiento espacial que los EE.UU. debería promover y considerarla esencial si requería pensar y convertirse en un poder global.

Geografía y Corrientes Explicativas

A través del tiempo la Geopolítica ha tenido diferentes interpretaciones y definiciones que la han hecho pasar como una ciencia determinante para la toma de decisiones en el nivel político, hasta una ciencia de carácter mítica, que tenía incluso dentro de su propósito ser una especie de pronóstico del futuro, atribuyéndole concepciones agresivas, expansionistas, promotoras de utopías e incluso de guerras entre estados.

  Esto puede verificarse del estudio de numerosos escritos, mapas, grabados y otros testimonios, que demuestran la preocupación de los conductores políticos, guerreros, geógrafos, filósofos y científicos de todos los tiempos por conocer al máximo la realidad geográfica del mundo y, especialmente, las características y condiciones geográficas de sus respectivos Estados, como también de aquellos países o áreas geográficas de mayor interés político, económico y militar, ya sea por su condición de posibles enemigos, aliados, fuentes de abastecimiento de la Geopolítica como disciplina es de muy antiguo origen, como una rama de la Ciencia Política, o en menor grado, como una escuela o doctrina dentro de ella, que se preocupaba de estudiar la importante influencia que siempre han tenido los fenómenos y factores geo tos, mercados, rutas comerciales o áreas claves de control estratégico.

  Para entrar en los conocimientos debemos manejar de que trata la Geopolítica ya que es una de las ciencias que más ha evolucionado desde su nacimiento a principios de siglo, la cual se ha ido consolidando a través del tiempo como un conocimiento científico teórico y pragmático que se inspira en la intima relación entre el Estado y el espacio donde aquel tiene un interés

 

Economía

Es la ciencia social que estudia las relaciones sociales que tienen que ver con los procesos de producción, intercambio, distribución y consumo de bienes y servicios, entendidos estos como medios de satisfacción de necesidades humanas y resultado individual o colectivo de la sociedad. Otras doctrinas ayudan a avanzar en este estudio: la psicología y la filosofía intentan explicar cómo se determinan los objetivos, la historia registra el cambio de objetivos en el tiempo, la sociología interpreta el comportamiento humano en un contexto social y la ciencia política explica las relaciones de poder que intervienen en los procesos económicos.

Geografía Económica

La geografía económica analiza la combinación de factores naturales y espaciales en el estudio de las actividades económicas de una región o un país. Esta especialidad estudia la localización y naturaleza de las actividades económicas, los patrones de uso de la tierra, el valor de la misma en relación con las vías de transporte, la rentabilidad del suelo, la distribución espacial de las actividades productivas en las ciudades y el mundo.

La geografía económica estudia las relaciones oferta-demanda desde una perspectiva espacial, para ello analiza la localización y características de los lugares "productores" y su relación espacial y temporal con los lugares "consumidores". Estos procesos están relacionados con las leyes de mercado, comercio nacional e internacional, los procesos de mundialización de la economía y la situación económica propia de cada país.

La geografía económica contribuye a la comprensión de una amplia gama de problemas contemplados, la combinación de las influencias ambientales y espaciales en el estudio de la actividad económica es cualquier cosa excepto una regresión hacia el determinismo geográfico. Por el contrario, ayuda a revelar en forma más completa la naturaleza no determinista del proceso económico y las funciones del juicio humano y de la percepción ambiental en las decisiones que conforman el espacio económico. Los geógrafos se interesan no sólo por dónde están las cosas sino por qué están situadas donde se encuentran, y la naturaleza de los procesos que afectan a tal ubicación.

Políticas internas y externas

La política interna se refiere a la organización y metodología que se tiene para resolver los problemas que surgen en un país. Dentro de la política interna se determina por ejemplo si se tolera o no la venta ambulante, o los talleres mecánicos en la calle, etc.


La política Externa es la que tiene que ver con las relaciones diplomáticas con otros países, por ejemplo brindar el apoyo o rechazo por una postura adoptada. La política exterior consta de dos elementos: objetivos nacionales que hay que alcanzar y medios de alcanzarlos. La interacción entre las metas nacionales y los recursos para lograrlas es

el tema eterno del arte de gobernar. En sus ingredientes, la política exterior de todas las naciones, grandes y pequeñas, es la misma.

Geopolítica

El estudio de numerosos escritos, mapas, grabados y otros testimonios, que demuestran la preocupación de los conductores políticos, guerreros, geógrafos, filósofos y científicos de todos los tiempos por conocer al máximo la realidad geográfica del mundo y, especialmente, las características y condiciones geográficas de sus respectivos Estados, como también de aquellos países o áreas geográficas de mayor interés político, económico y militar, ya sea por su condición de posibles enemigos, aliados, fuentes de abastecimiento de la Geopolítica como disciplina es de muy antiguo origen, como una rama de la Ciencia Política, o en menor grado, como una escuela o doctrina dentro de ella, que se preocupaba de estudiar la importante influencia que siempre han tenido los fenómenos y factores geo tos, mercados, rutas comerciales o áreas claves de control estratégico.

Todos los que aplicaron los conocimientos geográficos en la conducción política hicieron acción geopolítica; como también quienes estudiaron la influencia de los fenómenos geográficos sobre el Estado hicieron Ciencia Política. Por lo tanto, los precursores de la Geopolítica son numerosos y abarcan a ilustres geógrafos, científicos, filósofos, estadistas, estrategas, exploradores y navegantes de casi toda la historia universal.

Geoeconómica

es el estudio de los aspectos espaciales, temporales y políticos de los recursos y economías. La formación de esta disciplina se hizo como subdivisión de la geopolítica, y se atribuye a Edward Luttwak, economista y consultor estadounidense, y Pascal Lorot, economista y científico social francés.

Por definición, una de las ciencias del conjunto de las geociencias sociales o geosociología.  Es la ciencia del estudio la producción y distribución determinada por consideraciones geográficas.  Tal relación determinística es posible, dado que el factor producción, es tomado desde su fuente como materia prima natural.  Un aspecto metodológico esencial de la geoeconomía, es el estudio de la regionalización económico-social (o división geoeconómica regional), por la cual, el factor producción se transfiere en distribución, no obstante, determinada por elementos geográficos objetivamente dados.  Sólo en una geoeconomía subjetivista, de sistemas de división geoeconómica regional por definición abstractas; a la manera de Lösch, Christaller, o Isard, cuyas divisiones regionales responden a sistemas geométricos; plantear la determinación geográfica de lo económico, conduce a incurrir en el error acientífico del “determinismo geográfico”, ya que, en este caso, tanto la producción como la distribución, quedarán regidas por las propias leyes económico-sociales (es una geo-economía, más con un sentido “geométrico-económco”, que “geográfico-económico”). 

 

Los estudios geoeconómicos son de fundamental importancia para efectos de planificación económica social.

Geoestratégica

La geoestratégica es un subcampo de la geopolítica que trata de estudiar y relacionar problemas estratégicos militares con factores geográficos -recursos de un país con sus objetivos geopolíticos-. Los geoestrategas, a diferencia de geopolíticos, abogan por estrategias proactivas, y el enfoque de geopolíticas desde un punto de vista nacionalista. Muchos geoestrategas son también geógrafos, especializándose en subcampos de la geografía, tales como geografía humana, geografía política, geografía económica, geografía cultural, geografía militar, y geografía estratégica. La geoestrategia está estrechamente relacionada con la geografía estratégica.

LA FUERZA ARMADA NACIONAL ANTE LA NUEVA AGENDA MUNDIAL Y NACIONAL

Problemas Geopolíticos, Geoeconómicos y Geoestratégicas del Mundo

Problemas Geopolíticos

Perspectiva Histórica del Espacio Mundial

El sistema político mundial es el resultado de una serie de procesos históricos, llamados órdenes geopolíticos mundiales. En cada uno de ellos es importante tener en cuenta la distribución del poder  en el mundo y la influencia de las principales potencias, que imponen sus ideas y concepciones al resto de los países, sobre todo a los menos poderosos.

Poder: capacidad que tienen los países para alcanzar sus objetivos, influir sobre otros y oponerse a aquellos que obstaculizan sus intereses

En la historia del sistema interestatal mundial se distinguen los siguientes órdenes geopolíticos: la hegemonía europea (1815-1871), la era del imperialismo (1871-1914), las guerras mundiales (1914-1945), el mundo bipolar (1945-1 989) y el mundo multipolar (1989 en adelante).

La Hegemonía Europea (1815-1871)

Este período comienza en 1815 con el Congreso de Viena, que puso fin a las guerras revolucionarias y napoleónicas. Se fijaron los límites entre los Estados europeos y se estableció un sistema de relaciones internacionales con el objetivo de disminuir las posibilidades de nuevos conflictos. Europa constituía el centro de poder más importante frente al resto del mundo. A lo largo del período se produjeron tres oleadas revolucionarias que pusieron en cuestión los principios de legitimidad de las antiguas monarquías. El nacionalismo se convirtió en el nuevo discurso de legitimidad del poder y surgió el concepto Estado-nación. Este proceso de construcción de naciones se dio

 

principalmente en Europa y cada uno de los países debía cumplir los siguientes objetivos:

construir y consolidar un Estado fuerte, con una administración centralizada y un control efectivo sobre sus ciudadanos;

dar a sus territorios una configuración compacta y con límites fijos que fuesen símbolos de la pertenencia a una nación. Es decir, que la identidad territorial fue el elemento fundamental de los Estados nacionales. 

La Era del Imperialismo (1871-1914)

El imperialismo, es decir la conquista de territorios por parte de las potencias europeas, fue un fenómeno complejo que caracterizó a este período. Se basó en la conquista militar y era símbolo de la grandeza nacional.

La ocupación de otros continentes tenía como objetivo la búsqueda de materias primas para sus industrias, de mercados donde vender sus productos sin trabas aduaneras y la formación de una red de comunicaciones para poder explotar los recursos naturales.

El Imperio británico fue el más poderoso y el de mayor extensión. Era un imperio marítimo, ya que basaba su estrategia en el control de los mares, los pasos entre ellos y los canales. Francia fue la otra potencia que consiguió formar un imperio de importancia mundial. Su mayor peso lo tenía en África Occidental.

La expansión colonial generó profundas rivalidades que originaron la firma de pactos y la formación de alianzas ofensivas y defensivas, período conocido con el nombre de la Paz armada.

Este panorama determinaría la conformación de los bandos enfrentados en la Primera Guerra Mundial: por un lado la Triple Alianza (Austria, Hungría y Alemania) y por el otro, la Triple Entente (Francia, Reino Unido y Rusia).

Las Guerras Mundiales (1914-1945) 

La Primera Guerra Mundial se extendió entre 191i4y 1918. Se destacé por su duración y su extensión geográfica. Comenzó siendo una guerra continental y terminó siendo una guerra mundial, ya que el enfrentamiento fue entre imperios.

El Tratado de Versalles, firmado en 1919, puso fin a la guerra. El mapa político de Europa se transformó notablemente. En el período de entreguerras (entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial, en 1939) se destacé la crisis económica de 1929. Comenzó con la caída de la Bolsa de Nueva York ya que se produjo un exceso de oferta de acciones y las cotizaciones de sus valores descendieron significativamente, En poco tiempo se transformó en una crisis mundial ya que se redujo el comercio internacional, afectando tanto a los países industrializados como a los países de base agrícola por el descenso de los precios de los productos.

 

 

Durante la Segunda Guerra Mundial, casi todos los países de la Tierra se vieron involucrados directa o indirectamente. La Conferencia Internacional celebrada en Yalta en la península de Crimea (ex URSS, hoy Ucrania) en 1945, fue uno de los hitos que marcó el fin de la guerra. Allí las potencias aijadas (Estados Unidos, la Unión Soviética y el Reino Unido) debatieron y planificaron el nuevo sistema mundial.

Todos los acontecimientos ocurridos durante el período de las guerras mundiales constituyeron una estrategia, planeada y conducida por las potencias occidentales, para evitar que Alemania ocupara el lugar del Reino Unido, cuyo poderío se estaba debilitando y que Estados Unidos la reemplazara como potencia mundial.

El Mundo Bipolar (1945-1989)

A partir de la Segunda Guerra Mundial comenzó un período denominado guerra fría, que se caracterizó por un estado de tensión permanente entre los dos bloques antagónicos organizados por los Estados Unidos y la Unión Soviética.

Este enfrentamiento no bélico y bipolar implicó el choque entre dos concep­ciones opuestas, el capitalismo y el comunismo, y se manifestó en los aspectos político-ideológico, económico y militar.

En el plano político-ideológico el bloque liderado por Estados Unidos defendía la democracia, la libertad y la iniciativa privada. En cambio, el bloque comunista defendía el socialismo y la propiedad estatal de los medios de producción.

Desde un punto de vista militar, el bloque occidental creó la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para defenderse de una expansión del co­munismo. Por su parte, la Unión Soviética hizo lo mismo con el Pacto de Varsovia, organización militar que nucleaba a sus países aliados.

Con respecto al plano económico, Estados Unidos propicié el lanzamiento del Plan Marshall, cuyo objetivo era la reconstrucción de la economía europea. El plan consistía en el aporte de recursos financieros norteamericanos y en la transferencia de las tecnologías de la industria para las potencias europeas. Los países del Este lo rechazaron creando, como contrapartida, el Consejo de Asistencia Económica Mutua (Comecon).

El mundo quedó dividido de la siguiente manera:

Primer Mundo: países occidentales capitalistas;

Segundo Mundo: la Unión Soviética y los países satélites de Europa Oriental;

Tercer Mundo: los países que integraron el Movimiento de Países No Ali­neados (Asia Meridional, Áftica y América latina). Esta denominación comenzó a ser utilizada como sinónimo de pobreza y desde esta perspectiva el mundo se dividía en países desarrollados y países subdesarrollados.

 

El Mundo Multipolar (1989 En Adelante

A partir de la década de 1970, una combinación de factores internos e internacionales puso un freno al crecimiento económico de las grandes potencias.

La mayor parte de los cambios desde un mundo bipolar hacia uno multipolar, ocurrieron en el bloque comunista, y culminaron en 1991 con la disolución de la Unión Soviética. Entre ellos se encuentran:

la puesta en marcha de la perestroika, reestructuración económica que implicaba un cambio gradual del sistema de planificación centralizada;

la separación de los países de Europa Oriental del dominio comunista;

la caída del Muro de Berlín (1989), que marcó el fin de la guerra fría.

Estados Unidos continúa siendo una gran potencia mundial, sobre todo desde un punto de vista militar. En lo económico, existen tres superpotencias: Estados Unidos, Japón y Unión Europea, centrada en Alemania.

A fines del siglo XX se intensificó la tendencia hacia la integración de los mercados y la constitución de grandes bloques económicos en el marco de una economía globalizada.

El mundo quedó dividido en bloques geopolíticos con características y problemas comunes. El criterio utilizado para la clasificación fue el de la proximidad geográfica. En esta división, se incluyen los centros de poder mundial.

Tenemos en el mundo una situación en la cual el sistema política y las instituciones están simplemente desbordadas por la complejidad que deben afrontar", lo que significa una amenaza real de "agotamiento", explicó recientemente el fundador y presidente del WEF, Klaus Schwab.

Problemas Geoeconómicos

El desafío global de la "guerra de monedas" para proteger el crecimiento y las exportaciones nacionales en detrimento de los otros y los conflictos sociales productos de los ajustes aplicados por los gobiernos y el desempleo en alza.

El mundo ha cambiado. Uno de los factores más importantes de la nueva realidad es el movimiento de poder geopolítico y geoeconómico de norte a sur y de oeste a este. Esto no tiene solo consecuencias políticas y económicas. Creo que el mundo atravesará varias olas fuertes de adaptación.

Mientras los países desarrollados, en particular en Europa, sufren para recuperarse de la crisis, las nuevas potencias emergentes enfrentan el desafío de mantener su ritmo de crecimiento evitando un recalentamiento de sus economías.

Otro tema crucial es la "guerra de las monedas", centrada en la baja cotización del yuan chino, combatida por Estados Unidos con una depreciación del dólar, que termina por afectar las balanzas comerciales Norte-Sur.

 

Este problema preocupa particularmente a las economías latinoamericanas, que ven cómo se valorizan sus monedas y que luchan para evitar burbujas especulativas a partir del ingreso descontrolado de inversiones extranjeras que buscan mejores rendimientos para sus capitales.

Una tercera cuestión es la inestabilidad social a raíz del aumento de los precios de los alimentos y la inflación en general, como quedó demostrado en la reciente revuelta en Túnez que terminó con la caída del régimen de 23 años de Zine El Abidine Ben Ali.

Problemas Geoestratégicos

El mundo tiene planteados, en el siglo XXI, una serie de problemas globales heredados, en gran medida, de las consecuencias del crecimiento económico iniciado por los países, hoy desarrollados, a finales del siglo XVIII, raíz de la diferenciación económica actual; de la expansión imperialista de las potencias industriales en el siglo XIX; de las injusticias propiciadas por ese crecimiento y esa expansión; de unos procesos de descolonización realizados, en la segunda mitad del siglo XX, en función de los intereses, económicos y estratégicos, de las antiguas potencias coloniales y no de la realidad, fundamentalmente étnica, de las poblaciones afectadas. Circunstancias que han afectado y condicionado la existencia de lo que hoy conocemos como Tercer y Cuarto Mundo. Un bloque de la humanidad caracterizado por el analfabetismo, la enfermedad, la pobreza y el hambre, pero también por la existencia de regímenes políticos oligárquicos disfrazados, en muchas ocasiones, de corruptas democracias. Un bloque sacudido, en una gran parte, por irresolutos conflictos. Un mundo con escasas alternativas y opciones que languidece al quedar enmascarada su dramática realidad bajo los eufemismos analísticos de la dialéctica Norte-Sur, Pobreza-Riqueza y Capital-Trabajo.

Ese Tercer y Cuarto Mundo, que no es una realidad global y que carece, pese a las reiteradas declaraciones, de conciencia común, es, en realidad, un conjunto deslavazado de naciones, muy desestructuradas tanto política como económicamente; sumido, en muchos casos, como sucede en al mayor parte del África Negra, en tan ignoradas como permanentes guerras civiles que a nadie interesan y bajo las que subyace el problema del dominio real de los inmensos recursos naturales del continente negro. Un grupo de naciones, mayoritariamente creadas en sus fronteras por las potencias occidentales, que han visto esos problemas genéricos a los que inicialmente hacíamos referencia, agravados por un erróneo y dislocado proceso de descolonización, realizado y dirigido por Occidente para, en muchos casos, continuar, las antiguas o nuevas potencias, detentando el dominio efectivo sobre los recursos y la explotación económica de las nuevas naciones. Un panorama que ha servido, sobre todo en la tres últimas décadas del siglo XX, para dar entidad, en gran parte de esas naciones, especialmente en la más reacias a la occidentalización, a un sentimiento generalizado de animadversión sobre Occidente en general y, debido a su función rectora en el proceso de globalización, a los EEUU en particular.

 

Los cambios experimentados en la definición geopolítica del mundo en la década de los ochenta, con la subsiguiente desaparición de las férreas dictaduras comunistas en gran parte del globo (excepción hecha de Cuba, Vietnam y China); con la expansión de los regímenes democráticos, al menos formalmente, auspiciada por los EEUU tras la caída del comunismo, tanto para el Este de Europa, el África Negra o la América del Centro y del Sur, han creado para el mundo del siglo XXI un escenario muy diferente al del siglo XX.

En gran medida, frente a la potencia hegemónica, frente a un sistema económico mundializado al que los restos comunistas no hacen sino ir caminando hacia una pausada integración, frente a un modelo político único, sólo queda, desde un punto de vista estrictamente geopolítico, como elemento disrruptor, el Islam.

 

El Islam, que no existe como una única realidad política y religiosa desde los tiempos del Califato o desde los decenios del amenazante Imperio Turco que logró aglutinar, de una forma ofensiva, a pesar de los continuos levantamientos tribales, a una parte del mismo, continua manteniendo, a pesar de todo, una cierta vinculación religioso-política que se torna efectiva, sobre todo como sentimiento popular, frente al exterior, frente a Occidente.

Los cambios geopolíticos de finales del siglo XX, a duras penas si hicieron mella en el mundo musulmán continuando éste ajeno a los procesos de democratización; alejándose, al mismo tiempo, de los procesos abiertos, en algunos países, de occidentalización (Irán, Egipto, Argelia). La caída del comunismo supuso, también para ellos, una cierta liberalización. El apoyo de la URSS a los procesos de descolonización hizo surgir movimientos pro-comunistas o pro-socialistas, defendiendo una especie de socialismo o comunismo islámico en algunos de estos países, aunque, al mismo tiempo, la URSS reprimiera las repúblicas de raíz islámica que había en su seno; así como una cierta tutela y utilización de las organizaciones del Tercer Mundo como el Movimiento de los No Alineados, durante la segunda mitad de la Guerra Fría. Apareciendo también, en este esquema de los años sesenta, el intento de crear, de la mano de Gamel Abdel Nasser la República Árabe Unida que englobaría Egipto, Siria y Yemen del Sur de orientación pro-socialista. O el régimen, también pro-socialista, del partido de Sadam Hussein en Irak. Viejos enemigos de Israel y de Occidente (aun cuando Sadam evolucionara hacia la otra orilla) hoy prácticamente neutralizados por la nueva política egipcia como aliada de los EEUU tras la desaparición de Nasser, los cambios en Siria, la demonización de Irak o la adscripción del Yemen al denominado "eje del mal".

Todos estos factores, todos estos cambios, hacen que la imagen real del Islam esté más próxima al modelo geopolítico que nos presentan, para las próximas décadas, los defensores de la tesis del "choque de civilizaciones", como elemento clave en las relaciones internacionales, que del modelo idílico da la aldea global, multicultural y con tensiones puntuales.

 

 

 

Choque de civilizaciones, choque de culturas, de concepciones políticas, porque el Islam, desde el punto de vista cultural y religioso, aunque entre ambos es imposible establecer en este mundo una clara disociación, es un espacio en constante expansión que hoy presenta, mereced al fenómeno migratorio, una importante capacidad de penetración en Occidente; donde es imposible calcular hoy la capacidad de influencia política que tendrá en un futuro más o menos inmediato debido a su incapacidad para integrarse masivamente en los modelos culturales y sociales de sus países de acogida, reconstruyendo en ellos, en cambio, sus propias entidades culturales y sociales (gracias, sobre todo, a las inyecciones monetarias del movimiento, de origen y financiación saudí, wahabí).

La expansión del Islam se ha hecho evidente con la desmembración de la URSS (Azerbaiyán, Turkmenistán, Kirguizistán o Kazajstán); con la guerra en los Balcanes o el conflicto de Chechenia, lugares donde ha aflorado salvajemente la cuestión religiosa; pero que también existía en el mundo musulmán con el proceso de destrucción del Líbano y la previsible persecución que se desate contra los cristianos maronitas en caso de la disolución, con el estallido de una guerra civil, del Irak.

Expansión que tiene como grandes áreas de acción la propia Europa, la antigua Unión Soviética y el África Negra. Expansión que conlleva la difusión doctrinal que tiene inmediatas repercusiones políticas, porque en este mundo, donde los regímenes laicos son una excepción, donde la alianza entre el Trono y la Mezquita es más que una mera imagen retórica o una reliquia heredada del pasado que se conserva para el ritual simbólico del Estado, no existe separación real entre ambas esferas, la política y la religiosa, y allá donde se ha producido los poderes públicos viven acosados por la expansión del integrismo islámico y la continua cesión a sus planteamientos. Un mundo en el que los procesos de secularización, aparentemente una de las señas de identidad del mundo moderno y actual, en vez de avanzar o consolidarse han retrocedido.

En gran parte del mundo islámico existe, en las esferas políticas, un claro divorcio entre la clase dirigente, en la mayor parte de los casos, occidentalizada o con claros deseos de serlo, y la inmensa mayoría de la población. Muchos de estos dirigentes, ya sean monarquías, dictaduras u oligárquicas democracias, se han transformado en auténticos esquilmadores de sus pueblos, aupados y sostenidos por Occidente. El ejemplo más claro es el de las llamadas petromonarquías de Kuwait, Qatar (donde se sitúa el mando americano en la zona) y Arabia Saudí, pero también lo son la monarquía marroquí o las monarquía jordana, que experimenta un claro proceso de reubicación. Gobernantes que mantienen enormes bolsas de pobreza paralizando cualquier reforma social. Frente a los problemas internos, muy similares en todos los países del Islam, las minorías dirigentes, sobre todos las últimas generaciones universitarias, que han abandonado la tentación del socialismo islámico, como el promocionado por el dirigente Libio en su difundido "Libro Verde", han vuelto la cara hacia las raíces de su propia civilización predicando un antioccidentalismo a ultranza que ha prendido en amplias capas de la población desde Pakistán a Marruecos. Es el fenómeno del integrismo, que no ha alcanzado mayores logros por su propia división.

Frente al fenómeno del integrismo, la mayor parte de los gobiernos del Islam, sólo han podido recurrir al mantenimiento de la situación mediante la represión (por

 

ejemplo, se estima que más de 40.000 fundamentalistas se encuentran encarcelados sin juicio en Egipto), la suspensión de los derechos reconocidos en sus constituciones, y el establecimiento respecto a las manifestaciones públicas de un estado policial (Egipto o Jordania). No ha surgido en estos países, sin embargo, un movimiento, con implantación reseñable, que abogue por la puesta en marcha de regímenes democráticos siguiendo el modelo occidental. Quienes defienden esta postura lo hacen, usualmente, desde los países occidentales, no siendo ni tan siquiera una minoría con un mínimo de recepción en sus países de origen. La defensa de un sistema laico o de la implantación de los Derechos Humanos a la occidental es considerada una herejía por los islamistas. Por otro lado, cada vez que se han producido votaciones, con un mínimo de garantías democráticas, lo que se ha producido ha sido el crecimiento de los partidos islámicos, teniéndose que recurrir a la intervención militar para mantener el sistema (Turquía o Argelia).

El sistema de control que ejerce el poder sobre las gentes resulta cada vez más débil; las clases dirigentes se han mantenido en el poder gracias al mantenimiento de fuertes ejércitos para mantener la paz interior, a la alianza con el poder religioso y al dominio de los medios de comunicación. El panorama ha cambiado de forma acelerada en las dos últimas décadas. Hoy, los nuevos medios de comunicación, han permitido que la cadena de televisión Al Yazira, vehículo de difusión del integrismo, se haya convertido en el nuevo Corán para millones de musulmanes. También nos encontramos con la existencia de toda una generación de imanes, transformados en nuevos profetas, que han hecho del integrismo y del antioccidentalismo bandera de movilización.

Quedan, finalmente, los instrumentos supranacionales, la Liga Árabe y la Conferencia Islámica, pero conviene recordar que la primera fue creada y tutelada, durante décadas, por el Foreing Office británico, y que son organizaciones cada vez más desacreditadas, por su actitud en las cuestiones palestina e irakí, entre las masas musulmanas.

Todos estos factores, brevemente apuntados pero, evidentemente, mucho más complejos, han dado lugar a la aparición de un nuevo espacio geopolítico. Una zona, desde el punto de vista de los intereses occidentales, claramente inestable y que puede constituir, en el futuro, en función de su evolución, una clara amenaza para la estabilidad global del planeta.

Si se mira con atención un planisferio, el Islam presenta, pese a su fragmentación política, un bloque continuo de países que va desde la ribera oeste africana hasta el sureste asiático, penetrando, además, en una parte considerable del África Central. Este mundo tiene una envidiable posición estratégica sobre el Mediterráneo, el Mar Negro, el Mar Rojo, el Mar Caspio, el Mar Arábigo y el Océano Índico. Está presente en una importante área de intercambios mundiales, y, lo que es más importante, domina las vitales rutas del petróleo así como los principales yacimientos del mundo. Y el petróleo puede ser, tal y como sucedió en la crisis de los setenta, un arma tan eficaz, en el siglo XXI, como las fuerzas armadas americanas. El Islam es, también, un espacio en conflicto. Dejando a un lado el tema del fundamentalismo, pero sin obviar su importancia y sin olvidar su presencia en todos los puntos de tensión, nos encontramos con:

 

primero, el choque armado de civilizaciones que se da en la falsamente cerrada guerra de Yugoslavia, en el conflicto chechenio (en cuyo fondo también está al cuestión del control petrolífero por parte de la República Rusa de la zona) y en las nuevas repúblicas surgidas tras la disolución de la URSS.

segundo, con el conflicto entre India y Pakistán.

tercero, el frágil equilibrio de Oriente Próximo, con los problemas derivados de la existencia de los regímenes de Irán e Irak y su incierto futuro, así como la necesidad de estabilizar el sistema político de la insostenible monarquía de la Arabia Saudí; una zona amenazada por los integrismos, inicialmente enfrentados, chií y wahabí.

cuarto, por la cuestión Palestina, irresoluble ante el apoyo cerrado que occidente y los EEUU brindan a Israel, la continua vulneración de la recomendaciones de la ONU y la política de extermino que los judíos practican, desde hace décadas, con los asentamientos y campos de refugiados palestinos en Palestina, Jordania y el Líbano.

quinto, por la presencia y desarrollo del terrorismo islámico vinculado al integrismo que ha gozado de la cobertura de países como Afganistán o el Yemen.

Una zona caliente donde quienes si tienen programas desarrollados de armas de destrucción masiva son Israel, Pakistán e Irán. Puntos de fricción a los que sumar las interminables guerras africanas

Frente a esta situación geoestratégica, considerando superado el sistema estratégico de defensa americano del cinturón de bases militares en torno al globo, muchas de ellas convenientemente situadas en este espacio, los EEUU están dispuestos a aplicar en la zona su nueva política, diseñada, en gran medida, por el equipo de Colin Powel cuando éste era Jefe del Estado Mayor del Ejército Americano. Se trata de la denominada "Estrategia de Defensa Regional" que ha venido a sustituir al antiguo esquema de acción de la Guerra Fría.

La aplicación de esta "Estrategia de Defensa Regional", al no existir un peligro global claramente definido, pasa por la intervención directa en los puntos de conflicto, reales o posibles, que puedan afectar tanto a los intereses americanos como a su concepción del sistema de defensa y seguridad colectiva.

En este marco, ante los previsibles cambios de las próximas décadas en el espacio islámico, desde los años noventa, los EEUU están diseñando un nuevo mapa que asegure, tanto el control energético, vital en los próximos años, como el control real de Oriente Medio. Para ello es preciso forzar cambios definitivos en Irak, Irán, Yemen y Arabia Saudí, variando todo el sistema de equilibrios de la zona inicialmente concebido para contener la influencia de la URSS y después para frenar la expansión de los chiíes. Un plan de largo alcance en el que el destino del Irak juega un papel esencial tras el inestable cambio impuesto en Afganistán. Pero un plan de contornos tan inciertos como de resultados imprevisibles.

 

 

Migración

En demografía, se denomina migración al movimiento o desplazamiento de los seres humanos sobre la superficie terrestre.

El término migración tiene en este ámbito dos acepciones: una amplia, que incluye a todos los tipos de desplazamientos de los seres humanos, y otra, más restringida, que sólo toma en cuenta aquellos desplazamientos que involucran un cambio de residencia de quienes los realizan. Así, en su significado más amplio se incluirían también los movimientos pendulares de la población entre la vivienda y el lugar de trabajo.

Cualquier proceso migratorio implica dos conceptos:

Emigración, que es la salida de personas de un país, lugar o región, para establecerse en otro país, lugar o región. La emigración implica una estimación negativa del nivel de vida de una persona y de su entorno familiar y una percepción de que al establecerse en otra parte aumentarán sus perspectivas económicas, sociales o de otro tipo o, por lo menos, de que sus esperanzas de una vida mejor se harán efectivas en el futuro.

Inmigración es la llegada a un país de personas procedentes de otro país o lugar.

Los movimientos naturales de población

Los movimientos naturales de población son aquellos cambios que se producen en la población debidos a la natalidad y a la mortalidad. Los sociólogos utilizan diversos términos estadísticos relacionados con la natalidad y la mortalidad como la Tasa Bruta de Natalidad y la Tasa Bruta de Mortalidad para los estudios demográficos de la población, su situación en un determinado momento y su evolución histórica. Para estudiar la población hay que tener en cuenta también el Movimiento Migratorio con el que obtenemos el Crecimiento Real.

La pobreza en el mundo

La pobreza se concibe como la situación que afecta a las personas que carecen de lo necesario para el sustento de sus vidas, es decir, que no pueden satisfacer sus necesidades básicas. Nos encontramos ante un concepto multidimensional; no contempla sólo aspectos económicos sin que además incluya aspectos no materiales y ambientales.

En otras palabras, la pobreza implica no tener la oportunidad de vivir una vida larga, sana, creativa y disfrutar de libertad, dignidad, respeto por sí mismo y de los demás.

Sus causas son múltiples, entre ellas se encuentran los problemas políticos, la crisis de los mercados financieros, los desastres naturales, la gestión inadecuada del medio ambiente –utilización incorrecta de los recursos naturales por parte del hombre.

 

Incluso, existen distintas metodologías para medir la pobreza de los habitantes del planeta. Algunos utilizan indicadores de carácter pecuniario (producto bruto interno, PBI), otros tienen en cuenta cuestiones vitales (esperanza de vida, consumo diario de calorías, entre otros) y otros aspectos educativos (analfabetismo, etcétera). Además, cada uno de estos indicadores ofrece ventajas y desventajas y su aplicación depende del propósito que se persiga.

Hay dos definiciones básicas distintas:

Pobreza absoluta: cuando ciertos estándares mínimos de vida, tales como nutrición, salud y vivienda, no pueden ser alcanzados.

Pobreza relativa: cuando no se tiene el nivel de ingresos necesarios para satisfacer todas o parte de las necesidades básicas de acuerdo a los criterios de un determinado tiempo y sociedad.

Las formas de medir la pobreza son muy diferentes en ambas definiciones. Desde un punto de vista económico, sociológico y psicológico se complementan ambas. Es particularmente dramática la situación de pobreza absoluta, de la cual es el principal problema de las sociedades sin recursos. Es sociológicamente y psicológicamente muy interesante la pobreza relativa, que la padece quizás gran parte de las sociedades desarrolladas o en vías de desarrollo, se trata de la calidad de vida.

El Día Mundial para la Erradicación de la pobreza se celebra el 17 de octubre

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